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Vida slow en el campo: Nuestro día a día con nuestros Cobberdogs.

  • Foto del escritor: Mireia
    Mireia
  • 10 ago
  • 1 Min. de lectura

En Delmombuey Cobberdogs vivimos y criamos bajo una premisa muy sencilla:

la calma y el contacto con la naturaleza son el mejor regalo para nuestros perros.


Nuestro día empieza con el sol, cuando el campo aún huele a fresco y el silencio solo se rompe con algún ladrido suave o el canto de los pájaros. Los Cobberdogs salen a saludar, corren libres entre encinas y huertos, y se tumban bajo la sombra mientras observan cada movimiento a su alrededor.


Telma durante su paseo matutino
Telma durante su paseo matutino

En un entorno así, la crianza slow cobra sentido: no hay prisas, no hay estrés.

Los cachorros crecen rodeados de estímulos naturales —el viento, el sonido de las gallinas, el paso tranquilo de los caballos— y aprenden a convivir en armonía con todo lo que les rodea.


Cada día hay pequeñas tareas que compartimos con ellos: regar el huerto, recoger frutas y verduras, limpiar los corrales, dar de comer a los caballos… Ellos participan a su manera, siempre cerca, atentos y felices de formar parte de la rutina.


Esta forma de vida no solo nos llena a nosotros; construye el carácter sereno, equilibrado y seguro que buscamos en nuestros Cobberdogs, preparando el camino para que, cuando lleguen a su nueva familia, estén listos para adaptarse y disfrutar de cualquier entorno.


💌 Si sueñas con un perro criado con calma, respeto y mucho amor, este es nuestro mundo… y nos encantará compartirlo contigo.



 
 
 

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